Por Elena Hernández Un par de cañas de azúcar, manzana, mandarinas, algunos tejocotes, su café de cada mañana, su cantimplora, su armónica, su libreta de apuntes, el escalímetro y la escuadra, sal, limón y tequila, las flores, los papeles de colores, las veladoras, su foto al centro y todos reunidos en torno a aquel altar…