por Laura Prieto
El pasado 20 de enero, el influencer brasileño Ricardo Godoi quien tenía la intención de tatuarse toda la espalda por un equipo de tatuadores, murió a los 45 años poco después de recibir anestesia general. Según el responsable del estudio de tatuajes Godoi falleció durante el proceso de sedación e intubación ya que sufrió un paro cardiorrespiratorio. Un cardiólogo intentó reanimarlo sin éxito y falleció antes del tatuaje. El responsable del estudio de tatuajes asegura que Godoi se había sometido previamente a las pruebas preoperatorias y que no indicaron la existencia de ningún riesgo.
Es un suceso lamentable que deja un debate abierto ante una nueva práctica que gracias a los influencers se ha popularizado desde hace algunos años: el uso de anestesia general para tatuar partes enormes del cuerpo, y así reducir el tiempo en tatuajes que podrían llevar meses de sesiones a una sola sesión. Desde hace tiempo me preguntaban qué opino al respecto y pues, me parece increíble que se arriesgue la vida por algo meramente estético que fácilmente se puede hacer sin anestesia y que por miles de años así ha sido.
Según el Dr. Enrique Hernández Cortéz, antes de la llegada de la oximetría y la capnografía, la mortalidad por anestesia se encontraba en 1:2500 a 1:5000 pacientes, actualmente se estima 1: por cada 10 000 pacientes. Sin embargo existe de 0.45% a 1.4% de complicaciones severas, atribuibles a la anestesia y algunas de ellas son de carácter irreversible.
En procedimientos médicos, siempre se explica al paciente el riesgo-beneficio de una cirugía y esto es la comparación entre la probabilidad de complicaciones y los beneficios potenciales de la operación. El riesgo quirúrgico es la probabilidad de riesgo antes o después de la cirugía. Por supuesto los riesgos explicados incluyen la anestesia.
Entonces ¿arriesgarías la vida por un tatuaje? Es un rotundo no. La anestesia general no debe de ningún modo ligarse a un tatuaje, los tatuadores profesionales no promovemos este tipo de prácticas, que ponen el riesgo la vida y es mayormente para lucrar y saltarse pasos de lo que un tatuaje debe ser. Tatuar a una persona entre varios tatuadores ha existido desde hace mucho y siempre ha sido sin anestesia, no se recomienda estar bajo el influjo de drogas o alcohol, es un dolor tolerable, claro, algo insoportable después de horas, pero por eso se trabaja en sesiones, así es el tatuaje profesional.
Este lamentable suceso habla por si solo de la desinformación y lo fácil que es popularizar acciones que ponen en riesgo la salud. Influencers que se jactan de su poderío económico para rentar un quirófano y tatuarse en una sesión. Como tatuadora opino que si es mucho dinero pero mucho más el miedo al dolor, y aun más demasiada la ignorancia. No los culpo, claro que no, se supone que un médico los asesora, pero ¿qué clase de médico se presta a esto? Pues claro uno sin ética profesional, que administra sedación general para un dolor que en lo personal no se compara para nada a una fractura, a una extracción de muelas, una quemadura o un parto y mira que los partos duran horas.
Y por último, el tatuador, qué terrible y cuánta ignorancia pero no me sorprende. La industria del tatuaje va en decadencia, muchos nuevos tatuadores no tienen ni conocimientos básicos de asepsia, menos de arte. Ni dibujar saben, menos conocen que un estudio de tatuajes debe tener un médico responsable. Actualmente, “el profesionalismo” se basa en el número de seguidores y qué tan popular eres, aunque seas un ignorante que sugiere hacer un tatuajisimo en una sesión con anestesia general ¿cómo?
En México la Secretaría de Salud nos prohíbe como tatuadores el uso de anestesias, primero porque no somos médicos y segundo porque no sabemos si todos toleran la anestesia. En este caso el influencer, tenia un anestesiólogo responsable. Como tatuadores sabemos cuánto duele un tatuaje y no, la anestesia general no es necesaria.
El caso de Ricardo es una desgracia que se pudo evitar, que deriva de la ignorancia y el ego que rige no solo a la industria del tatuaje si no a toda la sociedad. Tenemos la necesidad de la inmediatez, cada red social es: videos más cortos, menos palabras, todo rápido, nada se queda, la necesidad de atención, de seguidores, la desinformación. Estamos en la era de la post verdad, falta de ética en todos los sentidos.
En el 2025 todos tenemos un mar de información en nuestras manos ¡usémosla!
Clara
Qué bueno que regresaste a escribir! Y además conocer este tema tan interesante. Jamás pensé que alguien se anestesiría para hacerse un tatuaje! Es un arte tan bello, dónde creo que el involucramiento de la tatuadora es intenso y muy bello a la vez! Gracias por informarnos!